Hace un mes, Pancho asistió a la entrega de los Premios Leader. Se trata de un galardón con el que la REDR (Red Española de Desarrollo Rural) premia a aquellas personas o entidades que apoyan y difunden con su tarea diaria el mundo rural, reivindicando el territorio y sus gentes. Se reconocieron a personas como Montxo Armendariz, Imanol Arias, Juan Echanove, Carlos Barrabés, Monserrat Domínguez y Eugenio, el pastor de Robladillo, o José Antonio Labordeta, a título póstumo, entre otros.
El lugar elegido para la celebración del acto fue el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Quiero ceñirme a la actuación de Luis Pastor, cantautor y poeta. Acompañado de Lourdes Guerra subió al escenario para unirse al homenaje a uno de los premiados, su amigo José Antonio Labordeta, al que llamó El Abuelo, compañero de muchas actuaciones.
Recitó con voz cadenciosa un poema de su autoría que refleja toda una época, cercana a la mía. Ahí va la letra. Les recomiendo leerla despacio
Yo vengo de un tiempo de cerezas
De la espiga del viento y de la hoz
Mapa que retiene la memoria
Como una fotografía en blanco y negro
Yo vengo de un tiempo que me nombra
Con espada de madera y crucifijo
En la escuela se cantaba el cara al sol
Y en la calle a Molina y Joselito.
Era el tiempo de ser niño.
Por la dulce voz, por el agudo grito
La calle una plaza abierta.
La plaza un planeta unido.
Con calles a muchas puertas.
Casas de abuelos y de primos
Era el tiempo del caballo y de la yegua
De los cerdos, las gallinas y los nidos
Y el huerto con todos sus manjares, olores y sabores
Que mi padre labraba, artesano del surco.
Escultor del manzano y de la higuera.
Sabio en su oficio, dueño de la azada y la guadaña
Gigante humano domando la tierra
Era el tiempo de la era y de la trilla.
Campanas y cigüeñas. Paraíso del pobre.
Pan y espigas
Era el tiempo del trino y el jilguero
Cantaor de coplas, ruiseñor de sueños
Era el tiempo de la radio y de los rezos
De las tristes procesiones para muertos
De los muertos tan cercanos a la era
De los lobos y bandidos por la sierra
Era el tiempo de los juegos en pandilla
De la comba, de la piedra,
Del pinchete, de la pídola
Y el verano, como un año al sol entero
Con siestas en la manta por el suelo
Era el tiempo de la madre y sus caricias
De su dulce voz, de sus ojos dulces,
De su tierna risa
Del abuelo y su secreto de tristeza
Que ahogaba cada noche con vino de taberna
Era el tiempo de la pana y los remiendos
Del café de estraperlo,
De la sopa de tomate y de patata
Del pecado que mata.
Del miedo, del castigo y del perdón
Era el tiempo de temer a dios
Seguidamente y a dúo con su mujer Lourdes Guerra -tinerfeña de Güimar; hermana de Pedro, el cantautor canario- bordaron con sentimiento una canción de Labordeta, "Ya ves". Fue una noche mágica.
Al término del acto, me acerqué a saludar a Luis Pastor, para expresarle la emoción que había sentido en su actuación. Lo extraño es que me saludó con un fuerte abrazo, preguntándome como estaban las islas. Le dije como sabes que soy canario. Asombrado le dije que era la primera vez que le saludaba. Dijo que si estaba de coñas.
-¿Ya no te acuerdas de las copillas que nos echamos aquella tarde-noche? ¡Fue en La Laguna! ¿verdad? Cantando folías y unos boleritos!
Sonreí, prefiriendo dejarle en su equivocación y seguimos hablando de otros temas. Nos despedimos y al salir a la calle un pensamiento me rondaba la cabeza.
-¿Estaré perdiendo el tino? ¡Soy canario, me gusta la guitarra y el timple, cantar canario y boleros! ¡En fin: que me gusta un buen tenderete!
Me habría gustado haber pasado el rato que dijo, pero les juro que yo no fui.
Ahora me pregunto:
-¿Tendré un doble por ahí que encima tiene mis gustos?
Cuidado, amigos: Si les pide dinero prestado, exijanle que enseñe el carnet de identidad, para asegurarse que soy yo.
Un abrazo
El lugar elegido para la celebración del acto fue el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Quiero ceñirme a la actuación de Luis Pastor, cantautor y poeta. Acompañado de Lourdes Guerra subió al escenario para unirse al homenaje a uno de los premiados, su amigo José Antonio Labordeta, al que llamó El Abuelo, compañero de muchas actuaciones.
Recitó con voz cadenciosa un poema de su autoría que refleja toda una época, cercana a la mía. Ahí va la letra. Les recomiendo leerla despacio
Yo vengo de un tiempo de cerezas
De la espiga del viento y de la hoz
Mapa que retiene la memoria
Como una fotografía en blanco y negro
Yo vengo de un tiempo que me nombra
Con espada de madera y crucifijo
En la escuela se cantaba el cara al sol
Y en la calle a Molina y Joselito.
Era el tiempo de ser niño.
Por la dulce voz, por el agudo grito
La calle una plaza abierta.
La plaza un planeta unido.
Con calles a muchas puertas.
Casas de abuelos y de primos
Era el tiempo del caballo y de la yegua
De los cerdos, las gallinas y los nidos
Y el huerto con todos sus manjares, olores y sabores
Que mi padre labraba, artesano del surco.
Escultor del manzano y de la higuera.
Sabio en su oficio, dueño de la azada y la guadaña
Gigante humano domando la tierra
Era el tiempo de la era y de la trilla.
Campanas y cigüeñas. Paraíso del pobre.
Pan y espigas
Era el tiempo del trino y el jilguero
Cantaor de coplas, ruiseñor de sueños
Era el tiempo de la radio y de los rezos
De las tristes procesiones para muertos
De los muertos tan cercanos a la era
De los lobos y bandidos por la sierra
Era el tiempo de los juegos en pandilla
De la comba, de la piedra,
Del pinchete, de la pídola
Y el verano, como un año al sol entero
Con siestas en la manta por el suelo
Era el tiempo de la madre y sus caricias
De su dulce voz, de sus ojos dulces,
De su tierna risa
Del abuelo y su secreto de tristeza
Que ahogaba cada noche con vino de taberna
Era el tiempo de la pana y los remiendos
Del café de estraperlo,
De la sopa de tomate y de patata
Del pecado que mata.
Del miedo, del castigo y del perdón
Era el tiempo de temer a dios
Seguidamente y a dúo con su mujer Lourdes Guerra -tinerfeña de Güimar; hermana de Pedro, el cantautor canario- bordaron con sentimiento una canción de Labordeta, "Ya ves". Fue una noche mágica.
Al término del acto, me acerqué a saludar a Luis Pastor, para expresarle la emoción que había sentido en su actuación. Lo extraño es que me saludó con un fuerte abrazo, preguntándome como estaban las islas. Le dije como sabes que soy canario. Asombrado le dije que era la primera vez que le saludaba. Dijo que si estaba de coñas.
-¿Ya no te acuerdas de las copillas que nos echamos aquella tarde-noche? ¡Fue en La Laguna! ¿verdad? Cantando folías y unos boleritos!
Sonreí, prefiriendo dejarle en su equivocación y seguimos hablando de otros temas. Nos despedimos y al salir a la calle un pensamiento me rondaba la cabeza.
-¿Estaré perdiendo el tino? ¡Soy canario, me gusta la guitarra y el timple, cantar canario y boleros! ¡En fin: que me gusta un buen tenderete!
Me habría gustado haber pasado el rato que dijo, pero les juro que yo no fui.
Ahora me pregunto:
-¿Tendré un doble por ahí que encima tiene mis gustos?
Cuidado, amigos: Si les pide dinero prestado, exijanle que enseñe el carnet de identidad, para asegurarse que soy yo.
Un abrazo
Si les pide dinero prestado, exijanle que enseñe el carnet de identidad, para asegurarse que soy yo o " el cura".
ResponderEliminarY ESE ES EL MOMENTO DE SALIR POR PATAS lo se por la esperensia
Fdo.: El comisionado monaguillo
Oye Pancho!!! quería localizarte por aquí porque desafortunadamente perdí tu teléfono. Estoy todavía esperando en El Médano (Granadilla)a que me devuelvas el coche y empiezo a desesperar, y lo peor de todo es que acabo de leer tu historia y empiezo a pensar que tienes un doble por aquí por Tenerife jaajaja.
ResponderEliminarBueno Tio Pancho, que vaya todo bien y sigas escribiendo historias tan simpáticas como esta.
Ah! una última cosa, puedes quedarte el coche. ;)
Al cabo de dos años, leo de nuevo el comentario de mi sobrino Rayco. ¡Es un puntal! Y tiene ya un heredero que como salga a él. ¡Otro socarrón al canto! Se llama Dieguito..... ¡Larga vida a todos, incluida su madre, Judith!
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