Hortensia
siempre destacó visualmente, por fea. ¡No agraciada, no! ¡Fea, pero con clase! Con un sentido del
humor que ya quisiera para sí la más bonita. Y además, como prueba suprema de inteligencia,
se reía de sí misma. Y tenía virtudes relevantes: lectora empedernida; ejemplo de
madre dedicada por completo a la educación
de sus hijos, inculcándoles la importancia del esfuerzo en el estudio, del respeto a los mayores y por ser fiel transmisora de nuestros valores y tradiciones.
Vamos a recordar
tiempos pasados en los que intervino. Los domingos se reunía la gente para jugar a la lotería. Se ha perdido
hoy la costumbre pero había cantadores que apenas nombraban uno o dos números,
los demás tenían establecido sus sinónimos. Aquí me place burlarme de la siguiente
frase que acabo de leer:
En ese sentido creemos que es importante conocer algunos
tipos de palabras para enriquecer nuestro
vocabulario. El día de hoy hablaremos sobre los sinónimos , aquellas palabras que significan lo mismo que otras o
que en todo caso son semejantes. Es decir, la misma idea, pero con una manera
de escritura diferente.
Y me pregunto, en broma ¿Enriquezco mi vocabulario con los
ejemplos de sinónimos que siguen a continuación?
Al 1,
se decía la puxa; al 2, el patito; al 3, la pata del perro;
el 7 es la cachimba; el 11,
las canillas de Benito; el doce, la docena;
el trece, la mala palabra; el 15, la niña bonita.
el 21,
la mayoría de edad. Este número ha
pasado a ser pre-constitucional, pues la mayoría ha pasado a ser a los 18 años.
El 22, los dos patitos; el 33, la edad de Cristo; el 36, la guerra de España;
el 42, el año del cuero -al
parecer por el hambre que se pasó- después de terminada la guerra, en 1939.
El 44, y no me digan porqué, se llamaba: cuácara con cuácara.
El 55, la guardia civil; el 65, la jubilación; el 66, las embarazadas;
al 69, pá rriba y pábajo, aunque los confianzudos/as decían: la cama;
el 77, las banderitas de Italia; el 88, los bombos de la Carraca; el púm, es el 90.
A todos los números que acaban en cero, se les llama pelaos, p.e: pelao diez, o setenta pelao.
Otra regla: si al cantar un número, por ejemplo el 8, el siguiente en salir es el 9, se decía: “y sé contar” sin nombrar el mencionado nueve, o número correlativo y todos lo entendían y así lo apuntaban en su cartón.
Cierto día,
llegaron unos turistas alemanes –siete u ocho- y pidieron permiso para jugar. Se
sentaron y al no entender nada de nada, uno
de ellos hizo de intérprete. La cosa se puso simpática, el cantador decía, por
ejemplo: el año del cuero. Como no entendían, preguntaban. Le decían el 42 y, sobre
la marcha el intérprete, trasladaba a sus compatriotas el número en voz no muy alta pero sí
perceptible: zweiundvierzig en alemán. ¡No me digan que como se pronuncia, que esa no
es la cuestión!
La fiesta se armó enseguida, la mayoría de los
vecinos empezaron ese día su primer curso de alemán, repitiendo en voz alta -quizás no muy bien
pronunciado- lo dicho por el intérprete.
¡Y es que cuando
nos enralamos en grupo, hay que echarnos de comer aparte! La mutua muestra de socarronería apareció en las
sonrisa cómplice de germanos y canarios.
Acabamos con los
teutones para seguir con la historia de
Hortensia. Ese día le tocó cantar a ella la lotería, y al salir el número quince, dijo muy
seria y sin inmutarse:
-¡El quince, Hortensia,
la niña bonita!
Todos reímos la
ocurrencia quedando de manifiesto lo
dicho por Séneca: la
persona que se ríe de sí misma, no puede ser jamás ridícula.
O también aquella que dice: Afortunada es la persona que se
ríe de si misma, ya que nunca le faltará motivo de diversión. (Habib
Bourguiba).
¡Oiga, fuerte hombre listo este Pancho! ¿Qué les parecen las citas?
¡Oiga, fuerte hombre listo este Pancho! ¿Qué les parecen las citas?
La cierto es que
la carcajada fue general y, a partir de
ese momento, el quince pasó a llamarse Hortensia.
Saludos…..
¡Oiga, fuerte hombre listo este Pancho!
ResponderEliminarY no tiene abuela...
Muy buena historia, Pancho, algunos de los nombres ya los conocía, otros por supuesto que no.
ResponderEliminarMuy buen comentario señor Pancho.Me ha recordado aquellas noches en que mi familia jugaba al bingo todo reunidos hace más de 20 años.
ResponderEliminarsu amigo Víctor2,el amigo de víctor1(el terrorista del bloq)jajaja
1 abrazo
Me ha gustado mucho esta historia y la del deseparao, muy agudas, con moraleja eh!, un abrazo.
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