Este José María no es el pastor de Caideros. Es otro, este era de Tirajana. Hombre poco hablador, alto, seco, solterón, vivía solo.
Su casa, en esquina, estaba totalmente rozada en un costado por los vehículos que entraban a la calle lateral. El motivo del acercamiento a la pared estaba en que en la otra parte de la calle, corría el agua por una acequia a cielo abierto y el personal huía de meterse dentro del agua.
Para defender su casa, José María estableció una estrategia. Primero puso unas piedras pintadas con cal como “mojones” y como se las quitaban –él las ponía por el día y los vecinos se las quitaban por la noche- terminó haciendo un cercado de un metro de ancho pegado a largo de toda la casa y allí plantaba sus verduritas ¡conste que no he dicho hortalizas! , millo y alguna parra. Gracias que no le dio por plantar matos.
La calle se estrechó de mala manera y el problema es que había que hacer muchas maniobras para poder pasar los coches.
A Pancho, que en ese entonces era concejal, lo tenían amargo los vecinos para que les quitara el “cercado” de la entrada de la carretera y poder entrar sin dificultades con sus vehículos hasta sus casas. No termino de explicarles como se consiguió resolver el problema porque no es el motivo de la historia. Se resolvió y punto, que diría el demócrata.
Pues ahí voy con la historia. José María fue al hospital porque se encontraba “jodido” de la barriga. A los quince días de estar ingresado Pancho fue a visitarlo. Le preguntó como estaba, como le trataban y entre otras cosas, que si le gustaba la comida. Su respuesta me hizo tanta gracia que me costó mantener la postura. Es esta que hoy les cuento a ustedes:
-¡Mire Pancho, “ajitito” (ahíto) me tienen!. Me estaban dando unos choricillos como de carne que ¡Oiga, hasta me gustaban!
Pero un día la enfermera me dijo:
-¡José María, mucho le gustan a usted los perros calientes!
-Y… ¡me cago en la madre que me parió! ¡Comer yo “pinguillas”(sic) (1) de perro! ¡Me vomité todo! ¡Y la mayor parte de los días me pregunto, pá(ra) mi, pá mis adentros; que de donde coño sacarán tanto animalito. Estarán en granjas o algo, porque igual hasta los crían pá (ra) después hacerles esa herejía, de cortarles sus partes!
Y claro: la salchicha de un perro caliente ¿Qué otra cosa podía ser?
(1). Como me lo contaron, lo cuento.
Muy buenas sus historias. Me alegra mucho leerlas. Salud.
ResponderEliminarA mi también me hacen sentir que hay otras espacios, además de los urbanos. Y que vive gente en el mundo rural con su vida específica.
ResponderEliminarNo veo la gracia de reirse de las desgracias, enfermedades y de la curtura de los trabajadores del sector primerio que son tan necesarios en esta sociedad. Deberia darles verguenza jalear estas iniciativas
ResponderEliminarApostilla al Comentario nº 2 del 20 de noviembre:
ResponderEliminar¿Que estás fumando, anónimo? ¿porquerías? ¡Lo del específico no pega ni con cola!¡Y además ¿a las doce del día?
Lo que pega con cola es el ron, pero no el canario sino el de importación, ya saben loque dijo el catador de bacardi cuando le preguntaron en una entrevista del periodico... Que opina de los rones canarios? y el cubano educadamente dijo: Tengan cuidado con lo que le echan a la coca cola....Esto a los pro- cubanos y soviets que frecuentan este blog, quien cria cuervos te sacara los ojos
ResponderEliminarHace tiempo que no ha salido nadie de sus burbujas creadas en el blog. Por cierto si se piensa que los viejitos de aqui se dejan engañar como los colombianos, con su tema de las burbujas esta vd en lo cierto, la gente merece esto mas que nada por la avaricia, y hace vd bien en promover el honrado negocio de la burbuja de la solidaridad ya que no es conveniente que los tontos manejen dinero
ResponderEliminarMe quieren complicar con las burbujas.
ResponderEliminarSocorro......
Save our sealves..............
S.O.S.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Es Vitito!!!!!!!!!!!!
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ResponderEliminarPanchito ¿de donde salió este?
ResponderEliminarD. Pancho, es usted como cualquier otro "español", de na que gana el premio ese, no escribe ni un relatito o es que al escribir, el plumí le hace gallinas en los deditos.
ResponderEliminarMaestro: Esta usted malo. Si es asi, que se recupere.
ResponderEliminarEstamos esperando sus maravillosos relatos.