Esta hoja no tiene más pretensiones que plasmar por escrito, para no olvidarme de aquellos momentos o situaciones que provocaron en mí una sonrisa, preferentemente historias relacionados con la socarronería del hombre o mujer del campo canario, o como decimos aquí, de los magos o maúros.

Carmelo "García Gancho"



Cuando Pancho -sí, yo- tenía de 15 a 18 años jugaba en los juveniles de la Unión Deportiva Las Palmas. Era un “zurdillo mal engarbiao(1)” No era malo, pero tampoco valiente y solo iba a las pelotas que ganaba. Tres días a la semana Carmelo García Gancho, el famoso boxeador,  entrenaba con nosotros en el Estadio Insular. Vivía también  en Schamann y a eso de las 6 y media de la mañana,  recogía en la puerta de mi casa al que les escribe y a un amigo, creo que familiar de él, de nombre Paquito Alfonso, para llevarnos en su Volvo antiguo al Estadio Insular,  por supuesto sin cobrarnos nada.  Recuerdo su esfuerzo enorme en  los entrenamientos, viniera o no el entrenador. Más tarde le vi trabajando en una empresa de seguridad y siempre me saludaba con ese sentido del humor que le caracteriza. Sus chistes, cortos graciosísimos y agudos.
Ahora y siempre ha sido un ejemplo de esfuerzo, canariedad  y bondad. En unas Fiestas del Pino, las del año 1964, habíamos  ido en romería caminando y tocando  el “pandero de chapas” instrumento típico de entonces y,  en llegando a Teror me lo encontré con su entonces novia, luego esposa  y  vino hasta mí a saludarme. Fue una alegría y me quedé henchido –¿hinchado, no es lo mismo? - de satisfacción  y orgulloso por el distingo. Era como un dios para la juventud. Pronto iba a pelear por el título de España con un boxeador muy famoso: Exuperancio “Fred“ Galiana  y toda la isla esperaba su victoria. Por cierto, que la consiguió y les muestro alguna página de periódico de entonces (ABC y La  Vanguardia Española) como prueba nº 1.. ¡Lenguaje del foro!
 Cuando le invitaban a tomar algo, lo rechazaba porque siempre se cuidó mucho y  no bebía alcohol. Además todo el mundo en la Gran Canaria de aquel tiempo estaba vigilando por si acaso. Por esos tiempos, teníamos un buen número de boxeadores canarios campeones de España: Carmelo García “Gancho”; Miguel Calderín Liria, "Kimbo" (3) ; Cesáreo Barrera, el Bombardero del Puerto; Kid Tano –conocido como “El sordomudo de Arenales”- y por Tenerife: Miguel Velázquez y Juan Albornoz "Sombrita", ente otros…. También destacaba por su elegancia y agitada vida: Lelo Suárez.
Carmelo García fue campeón de España en diez ocasiones y olímpico en Roma 1960. Seguidor de la Unión Deportiva, él mismo dice que después de pelear el sábado, no dejaba de ir al fútbol el domingo, aunque fuera con un ojo cerrado. Eran otros tiempos: los de los diablillos amarillos. En toda Canarias, vivían 650.000 personas, hoy más de 2,2 millones, por eso, es dificil conocernos todos como familia, como antes.
Me sumo a esa velada-homenaje que le preparan para el 18 del próximo mes de Septiembre en su barrio de siempre: Schamann.
Saludos..........
(1) Mal engarbiao= Falto total de garbo
(2) Garbo.  m.   Elegancia, desenvoltura al andar y moverse
(3) Aportación  a posteriori del amigo Ramírez e incorporado al escrito. Gracias......

Autógrafo perdido

Viendo fotografías en Internet, Pancho se encontró con ésta que les muestra y que le trajo  a la memoria una historia ocurrida alrededor del año 1968. En esa época,  estudiaba inglés y aparte de las clases con profesores/as nativos en la British School, “ampliaba sus estudios”  saliendo por las noches a encontrar turistas, preferentemente femeninas que le ayudaran en tan loable tarea. Pues bien, esa noche se encontraba ya de madrugada en la discoteca del Hotel Astoria, y no debió encontrar profesora  porque  salía corriendo escaleras arriba en busca del reparador sueño. En esa época a diferencia de la de hoy, había donde  ir a trabajar por la mañana.
La discoteca/sala de fiestas estaba situada en la planta sótano del hotel  y Pancho subía a zancadas para llegar al salón de entrada –donde estaba la recepción-  y salir a la calle. Por otro lado y bajando la escalera para llegar a la misma planta  lo hacía un señor “empaquetado” –que quiere decir en mi tierra, bien trajeado- .  Al oír  que alguien corría detrás, se dio la vuelta y me preguntó:
-¿Cuál es  su nombre?
Me quedé sorprendido. Era Antonio Machín, el célebre cantante de boleros, quien con una estampa-foto  en la mano, pensó que le pedía un autógrafo.
Sobre la marcha se lo di y me  regaló la postal donde escribió esta  frase:
A mi amigo Pancho, con afecto.  
Me quedé contento con el regalo y hablamos un poquito. Tenía acento cubano  muy dulce y cadencioso. Hoy recuerdo con añoranza sus canciones: «El Manisero», «Dos Gardenias», «Angelitos negros», etc.   Nacido  en Cuba en 1903,  falleció en Sevilla en 1977.
Sigamos con la historia.  Mi padre, para contribuir a mi independencia,  me hizo en la azotea un cuarto de baño y una habitación espaciosa para que tuviera mis cosas ordenadas y también – lo pienso ahora- para que mis amigos no estuvieran siempre sentados en el salón de mi casa. Por esa época, yo guardaba mis pequeños tesoros en una caja grande de madera  cerrada con un candado. Allí tenía entre otras cosas, conchas de caracolas, libros y revistas de contenido ideológico –prohibidas por aquel entonces- , así como sellos, monedas extranjeras  y alguna otra cosa que quería mantener  fuera de la vista y control directo de mi madre. A esa caja incorporé mi autógrafo de Antonio Machín.
Y miren que triste fin. Un día llegué a mi casa y estaban los bomberos apagando un incendio en la azotea. Todas mis pertenencias, entre ellas la estampita-autógrafo firmada  se perdió para siempre.  Bastantes veces he lamentado su pérdida y hoy al ver la imagen la recordé…….
Saludos