Esta anécdota es real. Ocurrió allá por los años 80. En esa época, la asistencia sanitaria de Pancho y su familia se dispensaba en el Servicio de Consultas Externas del Hospital Insular. Allí se encontraban las familias de todos los funcionarios del Cabildo, la Jiai, etc. De hecho las mujeres e hijos de los funcionarios se conocían de verse en el hospital. Eran tiempos en que todos nuestros niños padecían bronquitis asmática y pies valgos. Por cierto, que por ese motivo todos los niños llevaban botas correctoras porque, al parecer, ninguno nacía con los pies bien. A lo largo del tiempo resultó que era una práctica equivocada y hoy ya no se utiliza de forma tan masiva este tratamiento.En la fila delante de Pancho estaban dos señoras, al parecer amigas. Por la conversación que tenían, nuestro hombre sacó la conclusión de que eran “chacalotas”, nombre que también en masculino -“chacalotes”- se daba en Las Palmas a la gente del barrio marinero de San Cristóbal. Al llegar el turno de ser atendida la primera de ellas, la enfermera le pregunta su domicilio, a lo que contesta:
- En la calle Málaga, aquí en el “polígano”.

1 comentario:
jajajajaja. Fantástico.
Un beso grande, grande.
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