Pancho viene de estar jugando un ratito a las
cartas. Al juego que más le gusta: la zanga. Y se venía riendo solo. Voy a ver si es capaz de ponerles a ustedes en situación.
Ustedes saben que cuando hay gente jugando a
la baraja hay que estar calladitos. Ya lo decía Epifanio:
¡Caballeros. Los de afuera callados como pinos. Pá
prestar dinero y más náa!
Pues bien, hay un personaje gracioso y socarrón que incorporamos ahora al relato y de paso aprovechamos para echarle el agua bendita rebautizándole
para que no se moleste. Le vamos a llamar Rafael.
Acaba de terminar una jugada y público y
jugadores están comentándola en voz alta. En ese momento llega Rafael que dice
-¡Señores bajen la voz que hay un
duelo en la Aldea de San Nicolás!
Como aclaración y para mejor
entender sepan que el lugar donde se
está jugando está a unos 50 kilómetros
de La Aldea. Rafael ve de reojo un triunfo en la mano de un jugador –justamente el as de bastos, al que se conoce
como el bastillo- y en vez de estarse
callado grita mirando para la calle.
-¡La tunera está pál norte!
A lo que se levanta cabreado un
jugador del equipo contrario a la voz de
-¡Yo no juego más. Está diciendo la baraja!
Me hizo muchísima gracia y les
explico:
El as de bastos tiene forma de
tunera, los románticos dirán nopal. Y el jugador que se levantó airado estaba
situado -dentro de los cuatros puntos cardinales- en el lugar del norte. ¡Para que digan ustedes que los magos no son
cultos!
Rafael ocupó el lugar del jugador
que abandonó. Y el juego continúa tranquilo hasta que…..al
ratito otra situación:
Se acaban de repartir las cartas.
El compañero es mano. No tiene buen juego y comenta para sí, en voz bastante baja
-¿Y a qué me hago, si no tengo
juego maldito?
Rafael en vez de estarse callado
comenta
-¡Pues hágase al Carsonúo, coño!
El compañero sobre la marcha, dice
-¡A copas!
Y mi compañero de equipo que se
levanta a la voz de
-¡Hágame usted el favor! ¡ Tramposo!
-¿Tramposo, por qué?
-¡O sea, que no sabe a qué hacerse
y usted le dice al Carsonúo. Y el Carsonúo es un bar de Taidia! ¿ Y en el bar qué
es lo que se vende? ¡Cooopas, coño, cooopas!¡Con usted no juego más!
¿Saben cuántas copas tenía Rafael en la mano? ¡De ocho cartas, seis
eran copas !
¡Fuerte casualidad!
Saludos…….
Saludos…….
3 comentarios:
Por fin una publicación que esto parecia en vez del blog del canario del campo, el rincon del vago, para cuando una historia sobre la sexualidad de la sota de oros.....
Lo del rincón del vago, cierto y se admite. De todas formas, las investigaciones conducen a que la sota de oros vivía en un portón del barrio de Alcaravaneras en Las Palmas.
Un abrazo
La Sanga, pa nosotros, la inventó un muo.
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