Esta historia fue subida en diciembre de 2008. Razones técnicas obligan a subirla de nuevo. |
El
jueves estuvo Pancho en Tenerife para recoger un premio que le otorgaron a una
entidad de la que forma parte: Aider Gran Canaria. Allí se encontró con dos
personas (madre e hija) naturales de Fagagesto, en Gáldar, elaboradoras de
queso artesanal que venían a recoger nada menos que dos premios regionales,
otorgados por el Gobierno de Canarias en reconocimiento a la calidad de sus
quesos. Hablamos un rato en el hermoso
marco elegido por los organizadores para la entrega: el recién reinaugurado
Teatro Leal de La Laguna
y les conté la anécdota que figura al final del escrito. Me parecieron gente
auténtica, de la nuestra. Gente de palabra. Me refiero a madera antigua, de
tea. Hoy hay mucho pinzapo. Por eso, las distingo.
Tenemos
en Gran Canaria, y en toda Canarias en general, un producto –el queso- que está
reconocido en el mundo entero, por los expertos, como una excelencia. Cuatro
quesos de Canarias acaban de obtener premio en el concurso mundial celebrado en
Dublín el pasado mes de Septiembre de este año nuestro de 2008. De forma
especial para mi gusto es aquel elaborado artesanalmente en todo o en parte con
leche de cabra cruda, dada la ausencia en Canarias de enfermedades del ganado
caprino. Y también el de
mezcla de leche de cabra y oveja. Le llaman de ganado cuando llevan también de
vaca.
Quiero hablarles hoy de la mayor comarca quesera de Gran Canaria, no digo la única, desconocida para muchos de nuestros paisanos. Les hablo de la zona alta de los municipios de Gáldar, Guía y Moya. Tiene un clima diferente que hace que la mayor parte del año conozca la visita de la bruma con sus sinónimos - niebla, neblina o también (nublina)-. El frío, la lluvia fina y la humedad son los elementos que favorecen la aparición de la hierba -los pastos- principal alimento del ganado. Los nombres de alguno de los toponímicos de este territorio son: Caideros, Bascamao, Montaña Alta, Pavón, Lomo del Palo, Fontanales y otros, dejando para el final Fagagesto, por interés del escritor – ¡hay que quedarse bien con el nombre!-. Según el padrón municipal a fecha 1-1-2004 , en Fagagesto y su diseminado vivían 153 vecinos, 76 hombres y 77 mujeres.
Están en un bar del Carrizal, bastante
lejos del lugar señalado, dos amigos borrachitos, echando copas. Labor que
ejercen a diario. Cada uno con su palillo en la boca. Yo les llamaría
profesionales del ron, la cerveza y la tapita, (sea ésta de tollos, carajacas,
ropavieja. etc.) . ¡Vamos, lo que aquí se llama un enyesque.! A estas -tapas
calientes- le llamamos comida de caldero, cuando no se hizo comida se pasa a las socorridas
aceitunas -para eso son los palillos-, un pizco de queso, y también podría
haber unos pejines o manises….
Llegó
la noche y ya jartos de copas, se van a
despedir cuando se produjo el diálogo que es corto y preciso:
A
lo que contestó Juan de manera fulminante:
-¡Fagagesto
está en Gáldar!
¡Coooño, lo que faltaba, Pagageeesto dice!
¡Eso se lo dices tu a
otro, pero a Juan Cancio de
qué, nené!
¿Estás fallo a oros? ¡A echarme a mi la caárga!.
¡Pague
usted lo suyo, carajo!
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