Pancho tiene una nieta: Paola. Como buen abuelo
está que se le cae la baba hablando de lo lista y guapa que es su
niña.
Hace algún tiempo la llevó de excursión a conocer
Fueron equipados con agua, bocadillos y chocolate.
Cuando subieron a la gruta, la niña iba preguntando por todo y Pancho
aprovechaba para entre bromas intentar explicarle lo que allí ocurrió, según la
historia. Desde luego, obviando la tragedia citada que todavía no tiene la niña
maduración suficiente para según qué cosas.
Entre sus bromas le contaba que los antiguos
canarios eran muy altos, tan altos que apenas cabían en la cueva. Cada uno era
más o menos como tres hombres de alto y dos de ancho. Como decía Pancho, eran
como solares. Hoy somos todos enanos. Hablando desde el púlpito de piedra que allí existe parecía un
maestro de escuela, mientras la niña
escuchaba atentamente sus palabras .
Al salir de la gruta por la puerta norte y sabiendo
que existe eco, el abuelo empezó a gritar:
- ¡Paoooola, Paola!
El eco respondía, hasta seis
veces
-¡Oooooooolaaa, oooooola, oooola,
oola!
La niña intentó hacer lo mismo
gritando:
- ¡Paooola, Paola!
Pero incluso chillando su voz es muy bajita, y no
llega a percibirse el eco.
- Abuelo ¿porqué a mí no me
contesta?
- ¡Porque a mí me conoce desde hace mucho tiempo.
Por eso me saluda y me dice hola.
Lo intentó un par de veces más y como no le
contestaban dejó de llamar y seguimos caminando entre las cuevas. Ella se
escondía y al pasar salía a asustar al abuelito, que se hacía el
sorprendido. Después de merendar fuimos a ver la presa desde el Mirador de
la Sorrueda y después de hacerle unas fotos nos fuimos para la
casa. Al llegar a la plaza me dijo que parara. Lo hice y salió del coche hasta
donde estaban los niños jugando. Desde lejos, escuché el comentario que
orgullosamente les hacía:
- ¡Niños, ¿Ustedes saben una cosa? ¡Mi abuelo habla
con las montañas! ¡Yo lo oí!
¡Qué linda es la inocencia!
2 comentarios:
Pancho que linda es la inocencia de los nietos y lo que confían en nosotros, sus abuelos. Que pena que se hagan grandes.
Sabes cuanto disfruto con todo lo que escribes.
Un abraso
Que linda inocencia de niña y abuelo socarrón, estupenda historia maestro.
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