Esta hoja no tiene más pretensiones que plasmar por escrito, para no olvidarme de aquellos momentos o situaciones que provocaron en mí una sonrisa, preferentemente historias relacionados con la socarronería del hombre o mujer del campo canario, o como decimos aquí, de los magos o maúros.

El gato está en la talega

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Hoy voy a hablarles de algunas frases utilizadas especialmente en el ámbito rural y que incluso ahí, se están perdiendo por su escaso uso. En las ciudades lamentablemente solo se escucha y muy poco, en los barrios de solera, esto es, en los más antiguos (pongamos, la Isleta, El Risco, San José, San Roque, etc.). Es una pena que estas expresiones se pierdan. Debemos hacer un esfuerzo para seguir utilizándolas de forma natural en nuestra conversación, pues con ello contribuimos a mantener viva una parte importante de nuestro acervo cultural y también de nuestra forma de ser.
Vamos ahora a situarlas en una conversación :.
Pancho está hablando en la calle con Antonio de sus asuntos. Pasa caminando Juanillo y le dice:
- ¡Juan, como vas pa(ra) abajo mira ver si me consigues dos (de aquello) que tengo un compromiso!.
-Vamos a ver porque la cosa está jodida, Panchito.
Explicación: Le ha encargado algo y no quiere que Antonio sepa de que se trata.
Su contertulio le espeta:
-¡Si no quieres que me entere, mejor te callas.
-¡Al que mucho quiere saber, poco se le da a entender!.
-¡A mi me da lo mismo, pero parece que no está bien!. ¡Avemería, tanto secreto, coño!
Al darse cuenta que dos mujeres se han detenido disimuladamente para escuchar la discusión, lanza esta otra frase:
-¡Detrás de un mato, hay un gato!.
Pancho mira alrededor y viéndolas baja el tono de voz, para no ser escuchado.
También pudo haberse dicho:
-¡Hay ropa tendida! o ¡Hay moros en la costa!
El significado es el mismo. Pero estos últimos se usan, normalmente, cuando los oyentes son niños y la conversación gira sobre asuntos de personas mayores.
Sigamos con nuestra historia. Pasa un ratito. Juanillo vuelve por el camino andado y al pasar frente a Pancho, dice:
-¡El gato está en la talega!.
Le acaba de decir que el encargo lo tiene ya en su poder y dispuesto para la entrega.
Fin.

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