Lo oí estos días en el Hospital Insular, departamento de consultas externas, de labios de una enfermera.
Nos situamos para presenciar la escena:
No menos de treinta personas esperando para entrar a la consulta del médico. La enfermera va llamando uno a uno, a través de un altavoz. Acompaña al enfermo hasta el despacho del doctor, con la historia clínica en la mano. Vuelve a la ventanilla, recogiendo papeletas, historias y atendiendo al público con simpatía y diligencia.
Con todo este trajín, un señor mayor –un enterao, le decimos aquí- se le dirigió, tres veces seguidas, para hacerle reclamaciones.
Primero, que si iba a tardar mucho el médico en atenderle, pues tenía que ir a otra consulta a la planta baja.
Al ratito, se levanta otra vez y se acerca a la ventanilla.
-¿Señorita, Vd. me llamó?
-¡No, caballero, pero le llamamos enseguidita, no se ponga nervioso!
Contestó la enfermera, arrastrando las palabras y dejándose dir pál pie.
-¡Es que como fui al baño, a lo mejor me había llamado y yo no la sentí!
-¡Pues no, señor! ¡Pero, tranquilo que ya no tarda mucho!
Pasa un par de minutos y otra vez el hombre en la ventanilla
-¡Mire a ver, mujer que se va a ir la hora de pasarme por la pantalla!
-¿La pantaáalla? ¿No me dijo Vd. que tenía otra consulta en la planta baja?
-¡Mire, señorita, yo tengo de todo!¡Ya usted sabe que cuando uno llega a viejo!
La respuesta me hizo mucha gracia.
-Si, ya he oído decir que: ¡Cacharro viejo, desparramadero de gofio!
¿Descriptiva, verdad? No necesita ninguna aclaración.
Eso si. La palabra que usó (en versión original) fue: esparramaero
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4 comentarios:
Gracias por tan valiosa y pintoresca aportación del habla canaria. Ánimo en tu andadura, te seguiré.
Tal cual, jajajaja, me gusta el refrán canario, nunca lo había oído. Lo apuntaré.
Lo describes bien, Pancho. Todavía hay personas así que te alegran la vida. Socarrona la enfermera.
Bueno, por lo menos lo llamaron, no como a otros que los llaman y ya están en el otro barrio.
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