Esta hoja no tiene más pretensiones que plasmar por escrito, para no olvidarme de aquellos momentos o situaciones que provocaron en mí una sonrisa, preferentemente historias relacionados con la socarronería del hombre o mujer del campo canario, o como decimos aquí, de los magos o maúros.

Mi serón

1.- Serón antiguo hecho por Felicianita Cruz

Hace más de veinte años, mi buen amigo Pepe Castro, tristemente fallecido hace pocos meses, me regaló un serón para grano (figura 1). Lo había hecho su madre Felicianita Cruz. Ya no lo usaba pues tenía dos rotos en la parte del fondo. Aparte de tenerlo siempre guardado  y enseñarlo de  vez en cuando a los amantes de la artesanía, Pancho siempre pensó en repararlo  para lucirlo  en la pared de su taller.
Hace pocos días subió  Trueque en Ariñez,  donde se dice que sobre la burrita se pusieron la albarda y dos serones.  Esto le despertó las ganas de hacer un serón y manos a la obra, esta semana se ha puesto – yo, Pancho- a la tarea, dado que tenía en la casa palma verde.  Así aprendería lo suficiente para remendarlo. El que vamos a hacer no es para ponerlo en las bestias, es para guardar grano.
2.- Doña María Vega Quintana

La persona que le enseñó doña María Vega Quintana (1926) más conocida como Mariquita Vega, la de la plaza. En su propia casa montamos el taller de palma y les digo que es placer y espectáculo verla hacer la empleita (figura 2). A una velocidad increíble, mientras Pancho hizo medio metro, ella confeccionó más de seis. Así que optó por dejarlo y ayudarle de vez en cuando. Una vez hechos muchos metros más, empezamos a hacer el fondo, fijándonos en el serón, regalo de Pepe Castro. Pero, misión imposible, costaba mucho y se iba cerrando de forma no conveniente.


3.- En Casas Blancas con doña Cristobalina Ramos
Preparamos una excursión para ir a aprender a Casas Blancas, en el término de San Bartolomé. Fuimos tres personas: Mariquita Vega, Daniel, un joven del pueblo y Pancho. Allí encontramos a una artesana auténtica, doña Cristobalina (foto 3) que muy solícita y sentada en la propia  plaza del lugar nos lo empezó y así aprendimos a hacer el fondo. Lamentablemente se pinchó un dedo con la aguja, cosa que creo me dolió más a mí que a ella, pues ocurrió por ayudarme. Le debemos una visita para aprender a hacer un bastón de escobón. Terminamos el día, merendando unos churros que le gustaron mucho a Mariquita.
4.- A medio
5.- Acabando y cerrando
Al día siguiente con el trabajo empezado, teníamos que acabarlo. Pero ahí surgió una diferencia de criterio entre la maestra y Pancho. Ella decía que era de una forma y él no estaba de acuerdo, pues lo quería como el de Pepe Castro.  
6.-Paola
Se acabó la tarde y al día siguiente, después de estar toda la noche pensando en la forma de hacerlo, Pancho llegó y empezó a desbaratar todo lo hecho excepto el fondo, contra el parecer de la artesana. Empezaron de nuevo, Mariquita terció y ya puestos de acuerdo avanzaron hasta casi la mitad.  Después Pancho se lo llevó para la casa, donde el domingo por la mañana lo remató a su gusto. Aquí tienen el resultado (figuras 4, y 5)  en el que cabe Paola, la nieta de Pancho.(foto 6) 

Este es el resultado final.
Ahora queda reparar el serón grande. ¡Ya tenemos experiencia!
Dedicado a los amantes de la artesanía y a los jóvenes en general. Vean que con unas hojas de palma seca, se puede hacer un recipiente útil y bonito.

Saludos.


6 comentarios:

Moisés Morán dijo...

Tradiciones que hay que conservar, valiosas y muy útiles.

Anónimo dijo...

Hola, me ha encantado la historia del serón, genial, te tengo envidia sana eh!, enseñale a tu nieta (que está guapísima) para que no se pierda nuestra artesanía.
A. Santana

Anónimo dijo...

De pequeño oí que para hacer el ancho de un camino eran 2 burros cargados con 2 serones llenos...

pancho dijo...

En mi zona, parece ser que es el ancho de un burro cargado con dos serones, uno a cada lado de la albarda a los que cubre una manta. Otra medida es el camino del sepulcro que es el ancho de dos personas que transportan al hombro un ataud.Saludos

Preste Juan dijo...

¡Qué entrada tan cálida y emotiva! ¡Y una ayuda apreciable para recordar nuestra cultura y honrar a nuestros mayores! ¡Muchísimas felicidades!

Anónimo dijo...

Muy buena la explicación del serón. Que no se pierdan nuestras tradiciones. Yo lucho por mantenerla junto a mis compañeros del grupo de teatro costumbrista canario Taoro. Nos pueden ver en Facebook como teatro taoro.