Esta hoja no tiene más pretensiones que plasmar por escrito, para no olvidarme de aquellos momentos o situaciones que provocaron en mí una sonrisa, preferentemente historias relacionados con la socarronería del hombre o mujer del campo canario, o como decimos aquí, de los magos o maúros.

El helicóptero


Hace muchos años Pancho, todavía un niño, vio por primera vez un helicóptero. A su lado, una señora acompañada de su hija, comentó:
-¡Mira allí, niña, eso es un tricótico!
-¿Como? dijo Pancho
-¿No se dice así? ¿Cómo se dice?
-¡Yo he oído decir que se llama helicóptero, señora, pero no sé si está bien dicho!
La respuesta que dio la señora no se olvidará nunca.
-¿Y yo qué dije, burletero ? ¡Li-co-té-ro! ¿O tú crees que yo no lo sé decir?
Como Pancho seguía con su sonrisa socarrona pasó directamente al insulto.
-¡Te vas a reir de tu madre, buey topón!

Y patas pa qué te quiero

……ooOoo……


Recordando esta historia me viene a la cabeza otra anécdota relacionada con el mismo aparato que se puede adaptar a cualquier territorio. Como me contaron que sucedió en Cazadores, en esa localidad se queda.
Dicen que la primera vez que un helicóptero apareció volando bajo sobre el pueblo, los chiquillos salieron corriendo tras él tirándole piedras. Una viejita del lugar al verlos, se unió a ellos gritando:
-¡No le den en la cabeza, muchachos, a ver si lo cogemos vivo!
¿Hace falta que les aclare el cuento? ¿Verdad que no?
Saludos.

3 comentarios:

Irmina Díaz-Frois Martín dijo...

¡Genial! Este humor tan ingenuo es el que nos hace pintar una sonrisa. Gracias por dejar que mis labios la dibujara.
Un saludo.

Concha Hernández Romero dijo...

Me encantan tus cuentos de los tiempos de antes, yo tambien recuerdo algunos de mi infancia en Ingenio

Cuenta más por favor

Un abraso Conchi.

Anónimo dijo...

Buenos días Pancho, me gustaron las historias, la socarronería canaria es muy particular eso le aprendí de mi padre, desde luego ustedes hubiesen conectado muy bien es una lástima que no se conocieran antes. Tanto mi padre como yo, apreciamos a todos aquellos que luchan y defienden tanto el costumbrismo como la idiosincrasia canaria.

Siga así.
Saludos
R.R.