Esta hoja no tiene más pretensiones que plasmar por escrito, para no olvidarme de aquellos momentos o situaciones que provocaron en mí una sonrisa, preferentemente historias relacionados con la socarronería del hombre o mujer del campo canario, o como decimos aquí, de los magos o maúros.

Giniginámar


 Leyendo de un lado y otro sobre la tradición pesquera de Fuerteventura, una de las Islas Canarias,  he visitado  el litoral este de la isla, sobre todo, donde hay pueblitos pequeños con una larga tradición pesquera.
Alguno de estos lugares fueron, en origen, improvisados refugios, a veces en cuevas o chozas temporales a las que los pescadores acudían en determinadas épocas del año en busca de mejores capturas; es el caso de los Molinos o Pozo Negro.
Los marineros vivían antiguamente con grandes dificultades económicas; el pescado era barato y el trueque fue la base de la economía doméstica durante mucho tiempo.
La escasez era un factor para que los niños saliesen pronto a la mar a aprender el oficio de marinero transmitido de padres a hijos y que por tradición ha sido exclusivamente masculino; muchos niños antes de los 10 años navegaban en pequeñas embarcaciones del
padre e incluso embarcaban apenas cumplidos los 12 o 14 años a la pesca de altura en África. Los pescadores majoreros -conocedores de las artes de la pesca, los fondos marinos, los vientos y las especies de mayor interés- eran expertos navegantes. Nunca necesitaron de cartas náuticas ni instrumental, sino que fiaban su posición "marcándose" desde tierra con su buena vista y su capacidad de orientación.
Las mujeres eran quienes administraban la casa ante la ausencia casi permanente del hombre embarcado o faenando.
Los acuerdos con los intermediarios para la venta del pescado, los comprantes,fue tarea femenina; controlaban las pesadas de la pesca y recibían los pagos. Tomado en gran parte de la página, http://www.fotolog.com/soycubbear_43/86658057/
Y vamos a añadir las historias personales, esas que se transmiten boca a boca y que en el caso que nos ocupa ocurrió cuando había llegado el tiempo de la albacora (1).  Los marineros de toda la isla: de Corralejo, Morro Jable, Ajuy, La Lajita, Giniginámar, Gran Tarajal, Las Playitas, etc. etc. , estaban buscando lugares donde pasar la noche.
Pescadores de morro Jable
Unos marineros de Morro Jable, se acercaron a la boca de una cueva y para comprobar que no estuviera ocupada gritaron:
Las Playitas
 -¿Hay gente?
A lo que se asomaron los ocupantes diciendo estas palabras que han pasado a la posteridad
-¡Aquí no hay gente! ¡ Somos de Giniginámar!
Por eso, para fastidiar, se decía que los de Giniginámar no son gente. Lo dicho no tiene más importancia que recordar una frase que corría en Fuerteventura en el siglo pasado y no significa más que la contestación tonta y sin reflexión previa de un marinero.
Y continúo con otra anécdota que intenta trasladarles a ustedes que el marinero vivía exclusivamente para y por la mar, así que vean que poco entendía de las cosas de la casa
Estaban terminando de almorzar unas rolitas de albacora en casa de Pepe, el marinero. La hija mayor, se levantó y dijo:
-¡ Voy a la tienda a comprar compresas!
El padre contestó rápidamente de esta forma
-¡Sientese ahi (2). Aquí se come de lo que hay en la mesa!
¿Qué les parece? ¿Increíble? ¡Pues así pasó!
------o0O0o-------

(1)    ALBACORA - ATUN BLANCO      Thunnus alalunga     Fam. Scombridae
      La albacora se caracteriza por la excepcional longitud de sus pectorales que llegan hasta más allá del extremo de la segunda dorsal.
Su vejiga natatoria está bien desarrollada y, al contrario de los otros atunes, su carne es blanca y no roja.
Dorso azul oscuro, vientre plateado, con ambos colores generalmente separados por una banda de azul    iridiscente. Sin bandas ni puntos claros en los flancos y el vientre de los jóvenes.
Aletas grisáceas o amarillentas orladas de blanco.
Pínulas grisáceas o amarillas orladas de negro.
Cuerpo fusiforme que se adelgaza por detrás más bruscamente que en el atún rojo. Los jóvenes tienen una pectoral de igual longitud o inferior a la del patudo. Talla: 120 cm. Peso: 30 kg

(2)    Dijo ahi (sin acento).  No dijo ahí (acentuado en la i)
 Mi agradecimiento a Lala, mujer de Fuerteventura, amante de las tradiciones
Saludos…………………..

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Deje de tomar tapitas de atun en adobo con los cacharritos que se le vuela la imaginación....

Anónimo dijo...

Precioso. Es bonito recordar los nombres antiguos de lugares en Fuerteventura, Ajui y otros en el olvido por el campo de tiro, Amanai...
y los caldos de pescao en el Cotillo...
Saludos

Anónimo dijo...

Gracias,por recopilar anécdotas de mí tierra.y k los de Giniginamar no kerian la cueva llena de gente sino d pardelas,jajaja. VM

Anónimo dijo...

Te faltó nombrar a Mariquita Hierro en el Cotillo, pero la de los años 70-75, cuando mandaba a coger el pescado para el caldo. No habia agua ni luz y las calles eran de tierra. Y asimismo que la carretera llegaba hasta Gran Tarajal, de alli hasta el Puertito una vereda de arena y piedras que cambiaba de un dia para otro por el viento.

Ana - tarta de pañales dijo...

Me ha gustado la foto de Las Playitas, debe ser un lugar muy agradable y tranquilo.

Fuerteventura es una de mis asignaturas pendientes en mis viajes.

Anónimo dijo...

nimo dijo...
Pancho si que me acuerdo del veramón, Okal y calmante vitaminado. Y como una barquera de Gando pasó un día al terminal su jornada pidiendo un par de okales para su padre que se asustó mucho por que casi lo coge un coche .Creían firmemente que el Okal era la panacea universal
Gracias por sus comentarios.Concha