Tal como me lo contaron lo cuento. Don Antonio, de apodo el Gato, está esperando en la parada al único taxi del pueblo. Para que lo vea todo el mundo lleva en su mano una toalla -indicando que va a la playa- y gafas oscuras. De lejos, un amigo le pregunta:
-¿Qué, Antonio, pá la playa ?
Este, con gesto altivo, presuntuoso y autosuficiente, lo que nosotros conocemos como un echador, le contesta:
¡Sí, pasa algo! .
Al segundo personaje se le conoce como Luis, el Grillo que vuelve a la carga:
-¡Ya coño, y no me llevas gatito!.
Siempre han sido buenos amigos y compañeros de fatigas. Con una cierta dependencia del Grillo –siempre está fallo a oros, que quiere decir falto de dinero –.
Contesta don Antonio:
- ¡Mire, si se dá Vd. prisa, lo llevo!
En un soslaire llegó Luis, con su bañador puesto, de esos de pata larga, su toalla, chanclas y también sus gafas de sol.
Subieron en el primer taxi que llegó y Antonio ordena al chófer:
-¡Pál sur!.
Y se dirigieron concretamente a Maspalomas.
En aquel tiempo, allí junto al faro estaba, como hoy, el hotel Oasis, pero tenía un jardín lleno de palmeras que empezaba a más de 250 metros del hotel. Al llegar a la entrada del jardín había un letrero que decía:
Prohibido el paso a personas no alojadas.
Antonio siguió adelante como si nada.
Luis le dijo:
¡Mira Antonio, hay un letrero!
Antonio, imperturbable:
¡Siga palante. Eso no es pa nosotros!.
Siguen caminando un rato y de pronto se tropiezan con otro letrero, que dice:
Prohibido animales.
Fue entonces cuando Luis paró en seco y le dijo a Antonio la frase que tanta gracia me hizo:
¿ Gatito, los animales que dice el cartel que son: vertebrados o invertebrados ?