Desde siempre
a los canarios nos gusta la música mejicana, tanto que parece incorpada a la música
nuestra. La he oído cantar desde
pequeñito a mi familia, a nuestra gente mayor y en las parrandas todavía hoy es
raro que no se cante un corrido, una
ranchera, las mañanitas del Rey David o
“Ay,
Jalisco no te rajes….”
“Ya vamos
llegando a Pénjamo”, ya brillan allá sus
cúpulas……
“Me he
de comer esa tuna” en la que se dice: Guadalajara en un llano, Méjico en una
laguna…..
“La
feria de las flores”, la de: En mi
caballo retinto he venido de muy lejos, y llevo
pistola al cinto y con ella doy consejos. …..
Se lo
digo porque un servidor lo hace y recuerda vagamente un tiempo (el de su niñez) en que en el cine habían muchas películas mejicanas
y actores como Jorge Negrete , Pedro Infante (ambos cantantes ) y muchos más, eran muy
seguidos y solicitados.
En fin,
esta pequeña introducción, sirve para poner en escena la pequeña y breve
historia que a continuación empieza:
En estos
días estamos los canarios pasando algo de frío y, ya saben que no estamos acostumbrados. El
amigo Pepe, tapado hasta los ojos, pasa por la calle y saluda a Carmelo:
-¡Fuerte
tiempo hace, amigo!
La repuesta
a mí me hizo mucha gracia
-¡Mientras
no se vayan estos jaliscos, vamos a pasar más frío que el
diablo!
Lo ven
ustedes la influencia mejicana en nuestro hablar e imaginario popular.
Algunos finos le dicen:
alisios.