La última entrada, denominada Mi serón, impulsó a Pancho a conocer -hurgando en la memoria de nuestros mayores- la cultura del millo (maíz), cereal del que se obtiene el gofio, elemento integerante de la dieta del canario y en otros tiempos indispensable para el alimento de la población isleña.
La búsqueda se centró en el uso, recipientes para su conservación y transporte, fiestas, palabras, cultivo, etc., etc.,. Temporalmente, que se relacionara con los tiempos de escasez -tal vez hambruna-, sufridos por nuestra gente en el segundo tercio del siglo pasado.
Su cultivo y la recogida de las piñas se ha ido reduciendo con el paso de los años y hoy pocas personas pueden comer gofio de millo del país cultivado, desgranado y tostado en su propio entorno. La mayor parte del gofio de millo se hace con grano peninsular o extranjero.
Para cultivarlo, hay que hacer estas tareas:
Arar, surcar, plantar (1), replantar, desyerbar (2), desflorar o cortar la espiga y coger las piñas(3).
A partir de ese momento, hay que descamisar, secar, elegir semilla (4), desgranar, aventar, guardar, tostar, llevar al molino y obtener el gofio tras pagar la correspondiente maquila (5).
Una estampa de la parte final del proceso puede ser esta:
Es la tarde de un día de principios de verano, las piñas están bien amarillas -momento óptimo para la recolección- y estamos recogiéndolas en el cercado. Les vamos partiendo el tronco para soltarlas de la planta y las tiramos sobre unas mantas extendidas en el suelo. Desde allí otras personas las van cargando a lomos de un burro. Cuando los dos serones están casi hasta arriba, les añaden unos pírganos para que cojan más altura y ya repletos marchan para el patio de la casa. Detrás de cada animal va un niño o niña recogiendo las piñas que se caen.
Llegados al amplio patio de la casa se descargan haciendo montón en una esquina.
La siguiente tarea es el descamisado. No creo que se pueda escribir mejor que lo hizo D. Eduardo Benítez Inglott en unas notas a “Recuerdos de un noventón” de Domingo J. Navarro donde viene a decir que “la descamisada es la operación de despojar a la mazorca del país (llamada en nuestras Islas “piña”) de las envolturas que, a modo de membrana, la recubren y protegen. Una descamisada es un festejo muy típico que consiste en reunir gentes jóvenes de ambos sexos en una era o en un gran patio, donde están dispuestas las piñas de la cosecha, ya secas, para quitarles la camisa, que así se denomina en el campo la envoltura membranosa de aquéllas. Hay música de guitarras y timples, con isas, malagueñas y folías a todo pasto”. Los dueños del millo, no pagaban jornales, sino que en dichas juntas se invitaba a ron o anís según el sexo. La descamisada era motivo de fiesta y amoríos y casi siempre de las juntas salían algunos noviazgos.
Ahí va una letra de isa por si les gusta y la usan
No digas peninsular,
Que a ti no te gusta el gofio,
que si llegas a una piña,
te comes hasta el carozo(6).
desgranando |
Con la desgranada tenemos el millo suelto, solo le queda aventarlo para quitarle el tamo(7)
serón sobre burro |
Nos detenemos solamente en el del millo. En la última entrada aparece la foto de un serón, regalo de Pepe Castro (+) y expliqué el estado en que llegó a mis manos y mi promesa de remendarlo.
diferencias |
En los serones llenos de millo, se guardaba el queso
-¡Ay, me acuerdo cuando mi madre metía la mano en el serón y sacaba aquel queso curado. Con su manita, le limpiaba el tamo que se quedaba pegado en la cáscara! ¡Todavía me llega el olor! Salvador Almeida, de La Sorrueda
O también la lata o el pomo de cristal de los dineros.
-¡ La lata tenía dentro: duros, reales, perras negras grandes y chicas! María Vega Quintana (1926)
Para comprobar si hace los 500 kilos de millo, medimos su diámetro= 86/90 centímetros y su altura: 100 a 130; media 110 centímetros. Aplicando la fórmula
π r2 3,14 x (43 x 43) x 110 = 638,644 = caben 638 kilos
Ya está bien de serones y millo. Vamos a descansar de estos temas y a buscar otro motivo.
Saludos y mi agradecimiento a doña María Vega, Salvador Almeida y Juanito Gutiérrez por su paciencia.
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1- Plantar. La siembra normalmente la hacían las mujeres, haciendo en los lados del surco un pequeño agujero con el palillo, depositando uno o dos granos de millo. La distancia suele ser de una cuarta entre cada hoyo. En los terrenos de regadío se podían obtener dos cosechas de millo, sembrando en marzo y en junio.
3.- Piña de millo. Mazorca de maíz que todavía está en la planta que la produjo (tanto maduras como inmaduras), o bien a la que fue recientemente cosechada y en la cual los granos todavía guardan la humedad natural.Partes de una piña : Tronco, Camisa -también conocido por camisota- , grano, pelo y caroso
4.- Las mejores piñas, de grano sano, grande y de color rojo/ morado eran las elegidas para ser la semilla de la nueva plantación, se apartaban y una vez secas y desgranadas guardadas en su lugar. Este era el auténtico millo del país.
5.-maquila f. Porción de grano, harina o aceite que corresponde al molinero por la molienda.
6.- En Canarias, al corazón de la piña le llamamos caroso, palabra que no está registrada en el Diccionario. Si lo está carozo.(Del lat. vulg. carudĭum, der. del gr. καρύδιον, avellana). m. Corazón de la mazorca.
Lógico, debido al esfuerzo de pronunciación que para un canario representa la letra zeta y no están los tiempos para esfuerzos baldíos.
7.-tamo m.Polvo o paja menuda de semillas trilladas
Palabra bíblica: EL HOMBRE SIN DIOS (Salmo 1:4-6) El hombre sin Dios, lejos de ser árbol, es como un tamo que arrebata el viento. El tamo no tiene ningún valor. El tamo permanece mientras está cerca del trigo, pero al separarlo es llevado por el viento. Sinónimos para tamo: pelusa, vello, lanilla, polvillo
8.- serón. m. Sera más larga que ancha, que sirve regularmente para carga de una caballería.
espuerta. f. Especie de cesta de esparto, palma u otra materia, con dos asas, que sirve para llevar de una parte a otra escombros, tierra u otras cosas semejantes.
(9).- Debajo del serón se hacía una empalizada para separarlo del suelo, evitando las humedades y los ratones. Salvador Almeida, de La Sorrueda.