Que no estoy preparado y por tanto, no tengo lápiz, papel ni grabadora. Y cuando los tengo, él no tiene la “memoria” a punto y prefiere cantarme la canción mejicana: Con mi caballo retinto.
Aquí van un par de ellos, quizás incompletos, con la promesa que si algún día los consigo completos, se los haré llegar.
Aquí va el primero
Estaba yo trabajando
tranquilo en mi barbería
Para el pan de cada día
Con mil angustias ganar
Un hombre se me acercó
Y en la puerta se paró
Y me dijo con voz clara
Preséntese en Santa Clara
Al primer juez de instrucción
Dígame, amigo Escobar
Que cosa encuentra más fácil
Casarse o ir a la cárcel
O en que va a determinar
Yo de eso que voy a hacer
De eso que voy a opinar
Sáqueme pruebas presentes
Señor juez de esta mujer
A ver si ha podido ser
el daño de un delincuente.
O esta otra del carpintero enamorado de su mujer
Al carpintero Narciso
Se le murió su mujer
Como era de su querer
Una de madera hizo
Fue tanto lo que la quiso
Que la metió en la alacena
Y ella sin culpa ni pena
Al carpintero mató
Por eso dice el refrán
Que la mujer,
Ni de madera es buena.
Tiene otra muy extensa sobre la suegra que voy a poner por tarea conseguir la letra. Finalmente una anécdota real sobre Fidel.
Ustedes saben que en el campo han aparecido últimamente unos nuevos virreyes, no les voy a dar el nombre de su oficio, que molestan a unas personas por coger hierba o reponer una teja y a otras haciendo lo mismo, no solo no le dicen nada, sino que además les rien la gracia. Pues bien, un día estaba Fidel cogiendo hierba (cerrillos, relinchones, malvas, tederas..) para sus cabras en el monte. De repente apareció uno de estos virreyes y sin darle las buenas horas, dijo:
¿Qué está haciendo Vd. ahí? ¡Eso está castigado y lo voy a denunciar!
Fidel, se levantó, le miró fijamente y con la hoz levantada en la mano, se le acercó diciendo:
¿Qué que estoy haciendo? ¡Estaba empezando a cortarle los co… a uno que me quiere dejar las cabras sin comer!
El virrey salió corriendo, se subió en el coche y tiró pá la capital. Ni ha habido denuncia ni ha vuelto a decirle nada.
Lo que sigue ahora es una reflexión fruto de la experiencia de muchos años en el campo. Oiga, tenga cuidado si tiene un cercado, porque un día le nace un cardo borriquero en medio del mismo y está perdido, ¡ya no podrá plantar las papas! porque el cardo es una especie protegida o eso dirá el virrey y se ganó Vd. la lotería.
Esta es una más entre las causas de los incendios en el monte.