Siguiendo con las batatas, ahí va una de Angelito contando lo que le pasó un día con un gallo.
Iba yo con mi gallo bajo el brazo, con sus patitas amarradas cuando me encontré a Javier.
-¡Te doy 100 euros por el gallo, pero me lo tienes que matar tu!
-¡Eso está hecho!
Lo cogí por el cuello y lo sangolotié (1) dándole vueltas hasta que creí que estaba muerto. El animal aleteaba todavía.
-¡Ahí lo tiene, suelte los 100 euros!
-¡Primero, le corta usted la cabeza, para que yo sepa que está bien muerto!
Angelito puso el gallo sobre el mostrador y de un tajo le cortó la cabeza.
-¡Aquí tiene usted la cabeza, afloje la pasta!
-¡Si no me lo desplumas, no lo quiero!
-¡Ay, me cago en la madre que a mi me parió!
Cogió el cuerpo del gallo con una mano, con la otra le puso la cabeza sobre el cuello, colocándosela bien, con un rollo de cinta siva(2) la pegó, dándole varias vueltas. Al terminar le abrió el pico soplando fuertemente.
Lo gracioso fué el final.
Al hacerle la respiración artificial, el gallo se convulsionó tosiendo y lanzando un hermoso y bien afinado kikirikí.
Angelito terminó su trato de esta manera:
-¡Siga su camino y váyase al c.ño de su madre que a usted no le vendo mi gallo, carajo!
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Iba yo con mi gallo bajo el brazo, con sus patitas amarradas cuando me encontré a Javier.
-¡Te doy 100 euros por el gallo, pero me lo tienes que matar tu!
-¡Eso está hecho!
Lo cogí por el cuello y lo sangolotié (1) dándole vueltas hasta que creí que estaba muerto. El animal aleteaba todavía.
-¡Ahí lo tiene, suelte los 100 euros!
-¡Primero, le corta usted la cabeza, para que yo sepa que está bien muerto!
Angelito puso el gallo sobre el mostrador y de un tajo le cortó la cabeza.
-¡Aquí tiene usted la cabeza, afloje la pasta!
-¡Si no me lo desplumas, no lo quiero!
-¡Ay, me cago en la madre que a mi me parió!
Cogió el cuerpo del gallo con una mano, con la otra le puso la cabeza sobre el cuello, colocándosela bien, con un rollo de cinta siva(2) la pegó, dándole varias vueltas. Al terminar le abrió el pico soplando fuertemente.
Lo gracioso fué el final.
Al hacerle la respiración artificial, el gallo se convulsionó tosiendo y lanzando un hermoso y bien afinado kikirikí.
Angelito terminó su trato de esta manera:
-¡Siga su camino y váyase al c.ño de su madre que a usted no le vendo mi gallo, carajo!
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1.-de zangolotear
tr. col. Mover continua y violentamente una cosa.
2.-cinta siva. Cinta adhesiva