Hace algunos años, me dijeron unos amigos
-Pancho, en la zona que va del Ingenio de Santa Lucía hasta Fataga, en el sur de Gran Canaria, ocurrió un hecho que luego se transformó en un cantar llamado “La Palma de los Ortigones”. Relata la venta de un trozo de terreno agrícola. ¡A usted que le gustan esas cosas porque no intenta encontrarla!
Le indicaron el nombre de una persona mayor que sabía parte de la misma así como que, al parecer, se cantaba como una ranchera.
Hoy se la traigo a ustedes que son personas a las que les gustan estas cosas, con la condición de que no se burlen del carácter sencillo y poco propicio a la obtención de un premio nóbel de literatura que se encierra en su letra. Hay que entenderlo en la época que se vivió. Estimo es de principios del siglo XX. Fue recitado a finales de los años 70 por un señor del Parral Grande de Santa Lucía, ante la insistencia de Manuel Sánchez (don Manolo) y escrito a máquina por otro amigo: Facundo López, que fue Secretario del Ayuntamiento, tristemente fallecido. Por tanto, el trabajo de Pancho se limitó a buscarlo y ponerlo a la disposición de ustedes. Ahí va:
El día doce de Octubre como día señalado
La palma Los Ortigones, Carmelito la ha comprado
Cuando María lo supo, en el barranco lavando
Botó la ropa pállí y fue y lo dijo a su hermano
Llega al Ingenio de Arriba, pá fuera llama a Belén
La palma los Ortigones, la compró Carmelo ayer
Dígame quien se lo dijo, dígame si Vd. Quisiera
En el barranco lavando, me lo dijo Pilar Viera
Entró pá dentro Belén, se lo dijo a su marido
Botó la cesta pállí, y se quedó descolorido
¿No te lo dije Manuel que no fueras majadero?
La palma los Ortigones te la quitaba Carmelo
Echa pacá mis zapatos, echa pacá mi sombrero
Que se va a quedar sin ella, como no lleve el dinero
Belencita y Manuel son tranvías pá correr
Por la cuesta de Fataga, ellos no se dejan ver
Llegan a los Ortigones, parecen caras de burros
Véndame usted la palma , aquí le traigo cien duros
Contesta Antonio García, como un hombre y caballero
¡Así me ponga doscientos no se la quito a Carmelo!
Se miran embobecidos, se miran unos a otros
Escriba usted en un papel que la quiere para zoco.
El mismo se lo trajo a Carmelo
que estaba de muerte Cochino
cá su abuela Encarnación
Carmelito lo cogió con feroza rabia,
pál Ingenio de abajo fue a Serafín lo llamaba
léame Vd. ese papel, a ver lo que el papel habla.
La palma los Ortigones la pongo en tierra mañana
La Escurfina, la Cubana y también Besos Morados
A Juanito y a Manuel los tienen ya fatigados.
A Serafín y a Carmelo mucho lo han correr
La Escurfina, la Cubana y también Besos Morados
A Serafín y a Carmelo mucho lo han correr
Pero ha ganado su trato. Porque su trato fue fiel.
¡Hasta la próxima, amigos!
-Pancho, en la zona que va del Ingenio de Santa Lucía hasta Fataga, en el sur de Gran Canaria, ocurrió un hecho que luego se transformó en un cantar llamado “La Palma de los Ortigones”. Relata la venta de un trozo de terreno agrícola. ¡A usted que le gustan esas cosas porque no intenta encontrarla!
Le indicaron el nombre de una persona mayor que sabía parte de la misma así como que, al parecer, se cantaba como una ranchera.
Hoy se la traigo a ustedes que son personas a las que les gustan estas cosas, con la condición de que no se burlen del carácter sencillo y poco propicio a la obtención de un premio nóbel de literatura que se encierra en su letra. Hay que entenderlo en la época que se vivió. Estimo es de principios del siglo XX. Fue recitado a finales de los años 70 por un señor del Parral Grande de Santa Lucía, ante la insistencia de Manuel Sánchez (don Manolo) y escrito a máquina por otro amigo: Facundo López, que fue Secretario del Ayuntamiento, tristemente fallecido. Por tanto, el trabajo de Pancho se limitó a buscarlo y ponerlo a la disposición de ustedes. Ahí va:
El día doce de Octubre como día señalado
La palma Los Ortigones, Carmelito la ha comprado
Cuando María lo supo, en el barranco lavando
Botó la ropa pállí y fue y lo dijo a su hermano
Llega al Ingenio de Arriba, pá fuera llama a Belén
La palma los Ortigones, la compró Carmelo ayer
Dígame quien se lo dijo, dígame si Vd. Quisiera
En el barranco lavando, me lo dijo Pilar Viera
Entró pá dentro Belén, se lo dijo a su marido
Botó la cesta pállí, y se quedó descolorido
¿No te lo dije Manuel que no fueras majadero?
La palma los Ortigones te la quitaba Carmelo
Echa pacá mis zapatos, echa pacá mi sombrero
Que se va a quedar sin ella, como no lleve el dinero
Belencita y Manuel son tranvías pá correr
Por la cuesta de Fataga, ellos no se dejan ver
Llegan a los Ortigones, parecen caras de burros
Véndame usted la palma , aquí le traigo cien duros
Contesta Antonio García, como un hombre y caballero
¡Así me ponga doscientos no se la quito a Carmelo!
Se miran embobecidos, se miran unos a otros
Escriba usted en un papel que la quiere para zoco.
El mismo se lo trajo a Carmelo
que estaba de muerte Cochino
cá su abuela Encarnación
Carmelito lo cogió con feroza rabia,
pál Ingenio de abajo fue a Serafín lo llamaba
léame Vd. ese papel, a ver lo que el papel habla.
La palma los Ortigones la pongo en tierra mañana
La Escurfina, la Cubana y también Besos Morados
A Juanito y a Manuel los tienen ya fatigados.
A Serafín y a Carmelo mucho lo han correr
La Escurfina, la Cubana y también Besos Morados
A Serafín y a Carmelo mucho lo han correr
Pero ha ganado su trato. Porque su trato fue fiel.
¡Hasta la próxima, amigos!