Esta hoja no tiene más pretensiones que plasmar por escrito, para no olvidarme de aquellos momentos o situaciones que provocaron en mí una sonrisa, preferentemente historias relacionados con la socarronería del hombre o mujer del campo canario, o como decimos aquí, de los magos o maúros.
Hace algunos años, estaba echándome unas cervecitas con Dieguito y otro amigo más, a la puerta de la casa, allá arriba en El Sequero.
Nos las tomábamos directamente del botellín, porque de todos es sabido que el vaso calienta la cerveza.
Hablaban despacito de aquellos tiempos en que habían brujas que, por cierto -y como todos sabemos- desaparecieron cuando llegó la luz eléctrica y se pusieron bombillas en la calle.
En medio de la conversación salió esta historia que hoy recuerdo para ustedes.
¡Ah! El amigo que estaba era Pepe Armas pero no lo vamos a decir porque a él no le gusta que lo nombre.
Sigo con la historia de Dieguito.
En esos tiempos -decía- la carretera llegaba por el Centro, solo hasta San Mateo.
Quiero decir con esto que no había carretera hasta Tirajana, solo llegaba por el Este hasta la entrada de Santa Lucía, al lugar conocido ayer y hoy como la Plaza del Paradero.
El amigo Dieguito, salía al alba con su burrita del país, de nombre Carmela, cargados que da gusto de fruta desde su Tunte hasta la Vega. Allí mercaba, hablaba con la gente de los otros puestos, se echaba su cafecito y almorzaba pronto pues no le gustaba que le cogiera la noche y aparecieran las brujas.
Bueno. Ya son las cinco y media de la tarde y ya está mi hombre con su burrita cargada de vuelta pá Tunte.
Pasa un ratito, ya es noche oscura y está llegando a la bajada del Camino de La Plata.
Ya está llegando donde empieza el camino empedrado y a la derecha, está la represa de Juan Domingo, raída hasta arriba de agua porque hubo buen invierno.
Las estrellas se reflejan claritas en el agua y Dieguito, al verlo, dice:
-¡Me cago en la madre que me parió! ¡Si no lo veo, no lo creo! ¡En lo que fuí y vine se hizo ahí un pueblo! Esto son cosas de brujas!
- ¡Parta, burra, coño!¡Venga, Carmela, tire pá San Bartolomé!
Mi agradecimiento a JJAD.